La jornada, que se celebró en la sede madrileña de esta firma global de abogados, contó con ponentes como Joaquín Muñoz, responsable del área de Nuevas Tecnologías y Propiedad Intelectual del despacho, y Manuel Rodríguez, gerente de Everis Health. José María Barranco de Zafra, COO de Insulclock, y Lara Rincón, country manager en España de 3 Prima, también participaron activamente en el debate sobre las startups del mHealth, exponiendo sus propios casos y experiencia en el sector.
Las tendencias del mHealth
La sesión se inició con un análisis de las últimas tendencias en el sector mHealh. Manuel Rodríguez, gerente de Everis Health, comentó que las grandes multinacionales ya empiezan a posicionarse en el sector de las apps de salud. Esto se debe, explicó, por las propias necesidades de transformación del sector sanitario, en el que la tendencia al empoderamiento del paciente y la digitalización fomentan el camino hacia las apps. Una tendencia que, según comentó Rodríguez, ya es muy fuerte en Estados Unidos donde “el 80% de los profesionales de salud usan apps y smartphones”. En Europa y en España, el incremento del uso de estos dispositivos y aplicaciones va en aumento aunque, según comentó el gerente de Everis Healh, su avance depende en gran parte del apoyo de las instituciones. “En España, ya se están haciendo cosas específicas, sobre todo en materia de asistencia domiciliaria y ambulancias. Sin embargo, para logar su implantación global es fundamental el apoyo de las instituciones sanitarias así como la definición de una estrategia en la materia”, destacó. Por ahora, añadió, son las apps vinculadas a los temas de fitness las que dominan el mercado de aplicaciones de salud y bienestar de la Apple Store.
Joaquín Muñoz, responsable de Nuevas Tecnologías y Propiedad Intelectual de ONTIER, y Pablo Uslé, abogado de ONTIER en esa área, se centraron en analizar las claves jurídicas del mHealth. Muñoz destacó que un software, un programa de ordenador en sí, puede ser considerado perfectamente un producto sanitario y que por eso es vital que ofrezca ciertas garantías, tanto a los profesionales que lo utilicen como a las instituciones y pacientes. Además, para que un software sea considerado producto médico, comentó, es fundamental saber los fines a los que ha destinado el software su fabricante, como por ejemplo “el diagnóstico, el control, el tratamiento o el alivio de una enfermedad, lesión o deficiencia” y, además, si se utiliza como accesorio de un producto sanitario. “Un software no se considera producto sanitario cuando sólo almacena información o no realiza acciones sobre pacientes individuales”, destacó. Muñoz también quiso abrir el debate sobre si los dispositivos móviles o aparatos que alberguen estos softwares también deberían reconocerse como productos sanitarios en sí mismos. Un punto en el que Muñoz considera que habría que establecer ciertos requisitos, pues en muchas ocasiones “el propio aparato sí se incorpora como producto sanitario”.
Al final de la jornada, Tres Prima e Insulclock mostraron a sus asistentes sus desarrollos en materia de realidad virtual y seguimiento en administración de insulina, respectivamente, destacando las principales barreras que han encontrado en el lanzamiento de sus proyectos y su visión de las tendencias en el sector, dando paso al debate entre los asistentes. El encuentro concluyó con un mesa redonda en la que participaron activamente los asistentes, procedentes de todos los sectores económicos: sanitario, farmacéutico, comunicación, startups, etc.
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