Inmobiliario
Los clientes de este sector pertenecen a distintos ámbitos de la economía y, en el desarrollo de su actividad empresarial, los activos inmobiliarios cumplen muy distintas funciones. Así, en unos casos la propia explotación de bienes inmuebles representa la actividad principal del cliente, mientras que en otros el inmueble representa un elemento más del que se sirve para el desarrollo de su actividad industrial o comercial. El asesoramiento a nuestros clientes se traduce en la negociación y redacción de distintos tipos de contratos a través de los que el inmueble es adquirido o enajenado –así, compraventas y préstamos/créditos con garantía hipotecaria, daciones en pago o permutas-, o es puesto en explotación –así, contratos de arrendamiento (de local de negocio, oficinas, viviendas, establecimientos hoteleros, estaciones de servicio, etc.), sale & lease back, constitución de derechos de superficie o contratos de Gestión Integral de Proyectos inmobiliarios.
El cliente demanda seguridad tanto respecto de las condiciones y situación jurídica en que se encuentra el inmueble (edificio, suelo o promoción) que adquiere, como respecto del tipo de negocio jurídico a través del cual adquiere o explota el inmueble para lo que, con frecuencia, intervenimos en el diseño y ejecución de operaciones complejas que llevan aparejada la previa realización de actos de regularización o configuración jurídico-registral del inmueble -así, divisiones horizontales y constitución de complejos inmobiliarios, segregaciones, agrupaciones, declaraciones de obra nueva, etc.

Casos de Éxito